Cuando hablamos de cannabis, tarde o temprano aparece un protagonista indiscutido: el THC. Este compuesto es el que se lleva gran parte de la fama (y la polémica) porque es el responsable de los efectos psicoactivos, eso que mucha gente llama “volarse”. Pero… ¿qué es realmente el THC?, ¿cómo funciona en tu cuerpo? y, sobre todo, ¿qué tanto de lo que se dice es mito o realidad?
¿Qué es el THC?
El nombre completo es delta-9-tetrahidrocannabinol, pero todos lo conocemos simplemente como THC. Es uno de los más de 100 cannabinoides que tiene la planta de cannabis. A diferencia del CBD, que no coloca, el THC actúa directamente en los receptores del cerebro generando cambios en el ánimo, la percepción y el apetito.
¿Por qué ha cambiado tanto la potencia del THC?
Los que fumaban en los 70s no probaron lo mismo que alguien enciende hoy en día. Antes los niveles de THC eran muy bajos (menos del 2 %), mientras que ahora es común encontrar flores que superan el 20%, e incluso extractos que alcanzan un +90% de concentración. Esto explica por qué a veces la experiencia puede ser mucho más intensa de lo esperado.
Efectos que puedes sentir
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Relajación y sensación de euforia.
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Mayor sensibilidad a la música, colores y sabores.
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Estimulación del apetito (el clásico bajón).
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En algunos casos: ansiedad, sequedad en la boca, o somnolencia.
El detalle importante: no todas las personas reaccionan igual. Factores como la dosis, la genética y la experiencia previa marcan la diferencia.
Usos medicinales del THC
Aunque se asocia sobre todo al uso recreativo, el THC también tiene un lado terapéutico. De hecho, versiones sintéticas del compuesto están aprobadas en varios países para tratar:
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Náuseas y vómitos por quimioterapia.
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Estimular el apetito en pacientes con VIH/SIDA.
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Dolores crónicos y espasticidad en esclerosis múltiple.
Y la investigación sigue avanzando: algunos estudios recientes exploran cómo el THC combinado con CBD podría ayudar en migrañas y otros trastornos.
¿Y los riesgos?
Como todo, el THC también tiene su otra cara:
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Puede generar tolerancia y dependencia psicológica si el consumo es muy frecuente.
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En dosis altas puede provocar ansiedad o ataques de pánico.
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En algunos consumidores se desarrolla el llamado trastorno por uso de cannabis, que afecta a la vida cotidiana.
La clave está en la información y el consumo responsable.
¿Cómo se consume el THC?
Existen diferentes formas de acceder al compuesto:
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Fumado o vaporizado: efectos rápidos, pero más riesgos para la salud respiratoria.
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Comestibles: tardan más en pegar, pero su efecto dura horas (ojo con no pasarse).
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Extractos: concentraciones muy altas, recomendados solo para usuarios experimentados.
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Aceites o tinturas: permiten dosificar mejor y evitar la combustión.
En resumen
El THC es una molécula fascinante y polémica, capaz de generar placer, alivio, creatividad… pero también efectos no deseados si no se usa con cuidado. Conocerlo mejor nos ayuda a dejar atrás los mitos y acercarnos a un consumo más consciente.
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