La industria del cannabis en Europa está viviendo un momento histórico. Dutch Passion, uno de los bancos de semillas más legendarios, abre un nuevo capítulo con sus instalaciones legales en Holanda. En una conversación con Francesco, se revelan los avances, desafíos y oportunidades que trae esta nueva etapa.
🌍 Europa avanza hacia la legalización
Alemania marcó un hito al permitir el autocultivo de hasta tres plantas por persona y la creación de clubes cannábicos. Este modelo ya inspira a otros países como República Checa, que desde enero sigue un camino similar. El impacto ha sido inmediato: más ventas de semillas, más cultivadores y un contacto más directo con la planta.
☕ Coffee shops
Ámsterdam sigue siendo el epicentro cultural del cannabis, pero los coffee shops operaban en un área gris: podían vender flores, pero no cultivarlas legalmente. Para resolverlo, el gobierno lanzó un experimento con diez empresas autorizadas, entre ellas Dutch Passion, que ahora abastecen con producto trazable y de calidad premium.
🌱 Cultivo orgánico y tecnología de punta
Las nuevas instalaciones combinan tradición y modernidad:
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Invernaderos con células indoor, iluminación LED y cultivo en coco 100% biológico.
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Un equipo de más de 40 personas liderado por referentes como Carel (Biotabs) y Case.
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Producción de flores, hash y prerolls, siempre con trimming manual para asegurar calidad “top”.
El enfoque orgánico permite obtener terpenos más intensos y un producto más limpio, demostrando que la sostenibilidad puede ir de la mano con la excelencia.
🔬 Genéticas estables y drops exclusivos
Antonio, breeder de nueva generación, trabaja en variedades como Ice Cream Haze y Slush Mint Cake, esta última con un impresionante 29,8% de THC. La filosofía de Dutch Passion es clara: ofrecer genéticas estables y reproducibles, pensadas para auto cultivadores que buscan resultados consistentes sin depender de “unicornios” fenotípicos.
📚 Educación y cultura cannábica
Más allá del producto, Francesco subraya la importancia de la educación. Informar, formar y crear conciencia es clave para que el consumo sea responsable y seguro. La cultura cannábica se fortalece cuando se comparte conocimiento y se promueve la calidad frente al mercado informal.
Dutch Passion demuestra que el futuro del cannabis en Europa pasa por la legalidad, la innovación y el respeto por la planta. Sus nuevas instalaciones en Ámsterdam son un ejemplo de cómo tradición y tecnología pueden convivir para ofrecer productos de máxima calidad y, al mismo tiempo, impulsar una cultura cannábica más consciente.

